La Economía Social está constituida por un conjunto de actores que se organizan en diferentes formas asociativas, informales o formales, y que poseen como eje articulador el interés por el trabajo, primordialmente el autogestivo. En la Economía Social adquiere relevancia la generación de lazos solidarios que posibiliten la democratización de las prácticas económicas y la recuperación de su dimensión social.

El abordaje territorial de la Economía Social se diferencia de los procesos socio- productivos hegemónicos dado que: promueve las capacidades existentes en el territorio por medio de la generación de redes, sinergias y estrategias que favorezcan la conformación de capital social; fomenta formas diferentes y más justas de vinculación y resignificación del Mercado. La Economía Social se basa en los principios de:

• Producción ética permeada por los valores de solidaridad;
• Democratización de las prácticas socio-económicas;
• Respeto por el medioambiente;
• Circulación de Bienes y Servicios a través de circuitos formales y alternativos que recuperan el espacio público como lugar de encuentro e intercambio de ideas y prácticas;
• Consumo Responsable: desarrollo de un consumidor crítico, informado y sensibilizado que pueda reconocer en los procesos económicos, medioambientales y sociales los valores de la Economía Social materializados en un producto o servicio.