Los resultados de esta investigación, financiada por la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (ASaCTeI), fueron publicados internacionalmente en el mes de abril en el Journal of Food Nutrition and Metabolism, y se trata del primer estudio de estas características desarrollado en Argentina.
En los últimos años, diferentes desórdenes metabólicos, entre ellos la obesidad, la resistencia a la insulina, la hipertensión y la dislipidemia, entre otros, favorecen el desarrollo del llamado Síndrome Metabólico (SM) y son considerados factores de riesgo de diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
El SM alcanzó carácter de epidemia mundial, y, según estos estudios, una forma de prevenir o mejorar estos desórdenes consiste en la intervención con diferentes compuestos bioactivos. Dentro de éstos, el aceite de cannabis medicinal, proveniente de la planta de Cannabis Sativa L, aparece como una alternativa que acumula pruebas realizadas por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet con resultados positivos.
María Eugenia Oliva, directora de la línea de cannabis en el Leemren, explicó sobre la investigación que “el trabajo analiza los efectos de un aceite de cannabis de amplio espectro sobre la tétrada cannábica, la presión arterial y parámetros metabólicos en ratas alimentadas con una dieta rica en sacarosa (DRS), modelo que mimetiza en cambios bioquímicos, metabólicos y hormonales a los observados en el Síndrome Metabólico humano”.
“Los resultados obtenidos sugieren que el aceite de cannabis podría ser útil como estrategia terapéutica sobre algunas de las alteraciones presentes en el Síndrome Metabólico, incluyendo hipertensión, dislipidemia, esteatosis y daño hepático. Además, se pudo observar el efecto analgésico del aceite de cannabis”, agregó Oliva, cuyo grupo de trabajo está integrado además por los siguientes profesionales: María Eugenia D’Alessando; las becarias Valentina Degrave, Michelle Vega Joubert, Martina Battisti y Candelaria Mauti; Daiana Marano; Santiago Gullino; y Paola Ingaramo.
Cabe resaltar que todos los aceites fueron testeados por el Laboratorio de Control de Calidad de Medicamentos (LCCM) de la UNL, dirigido por María Mercedes De Zan.
Avances en el ámbito científico santafesino
Sobre el mencionado estudio, la coordinadora del Centro de Investigación y Desarrollo de Cannabis Medicinal, Eliana Eberle, detalló que “es fundamental contar con evidencia científica rigurosa en ensayos preclínicos que marquen comienzos en la búsqueda de seguridad y eficacia de los aceites de cannabis utilizados hoy en pacientes”.
“Esto -continuó-, no sólo respalda la investigación en el uso del cannabis bajo las iniciativas impulsadas por la Ley Nacional 27.350 y financiamiento provincial articulado con ministerios y áreas de gobierno, sino que también, provee información concreta a las agencias reguladoras involucradas en la regulación del cannabis en la Argentina y el respaldo a los usuarios”, sostuvo.
Eberle subrayó: “En Santa Fe nos enorgullece el progreso que se está logrando en el ámbito científico relacionado con el cannabis, abarcando toda la cadena de valor y destacando su aplicación en investigaciones para el tratamiento de patologías, lo cual constituye una necesidad de gran demanda en Argentina”.
Por su parte, la directora del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), Élida Formente, indicó que “desde sus inicios, el Proyecto Provincial de Cannabis Medicinal se emprendió junto a las asociaciones que ya venían trabajando en la temática, como también en conjunto con el sistema científico tecnológico de la provincia que es muy importante. Por eso celebramos y ponemos en valor esta investigación para aportar evidencia científica relacionada al acceso del aceite de cannabis medicinal”, expresó.
Y remarcó: “Desde el LIF, junto al Ministerio de Salud, comenzamos a trabajar a inicios del año 2020, por pedido expreso de nuestro gobernador Omar Perotti, para poder disponer del aceite de cannabis medicinal, que hasta ese momento se importaba. Al mismo tiempo, trabajamos de manera articulada para seguir ampliando la evidencia, para en consecuencia, mejorar el acceso porque claramente es una cuestión de salud pública”, concluyó Formente.