Se trata de un conjunto de mamíferos de gran diversidad y tamaño que convivieron con los primeros habitantes de la región, durante un período que abarcó entre los 2.5 millones de años y los 10.000 años A. P.
Un trabajo comunitario
Con frecuencia, habitantes del sur de la provincia de Santa Fe encontraron restos fósiles en rincones de las localidades que habitan; en los campos, en las barrancas, a orillas de algún arroyo o río.
Es el caso de Luis Ribotta, quien descubrió la presencia de restos óseos en las cavas de Tortugas, mientras máquinas retroexcavadoras trabajaban extrayendo arcilla.
En este sentido, Ribotta expresó que “ellos no tenían conocimiento de los fósiles que se estaban llevando, así que recurrí a la Universidad Nacional de Rosario. Todo esto que después de mucho trabajo se identifica y se rescata, tendría que estar posiblemente en la localidad de donde se levantan los fósiles. Yo creo que deberían quedar ahí”.
Junto al subsecretario de Gestión Cultural, Javier Armentano, autoridades comunales, profesionales de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (UNR) y vecinos de la localidad, el museo llevó adelante un acercamiento al sitio, conformando equipos de trabajo que integran a diversos sectores de la comunidad.
El lugar se ubica dentro del área de concesión de estudio, otorgada oportunamente por el Ministerio de Cultura conforme a la Ley Nacional Nº 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.