Desde el arribo de las vacunas y hasta el momento en las 5 regiones de salud se aplicaron 39.860 en Rosario; 27.124 Santa Fe; 11.020 Rafaela; 3.926 en Reconquista y 7.224 en Venado Tuerto.
Asimismo, se indicó la importancia de que los grupos de riesgo consulten a su centro de salud más cercano y se coloquen la vacuna, sobre todo teniendo en cuenta el contexto que se está viviendo con la pandemia.
Al respecto, la responsable del área de epidemiología, Fernanda Ferrer, explicó que “teniendo en cuenta que la población objetivo es la misma que se está vacunando contra el Covid, quienes recibieron una o las dos dosis contra el coronavirus, deben esperar 15 días para recibir la vacuna antigripal”.
“Se deben esperar los 15 días porque no hay estudio de eficacia o de inmunogenicidad en la coadministración de las dos vacunas. La vacunación tiene que estar separada por 15 días”, concluyó Ferrer.
VACUNACIÓN A RESIDENTES Y PERSONAL DE GERIÁTRICOS DE SANTA FE Y ROSARIO
Desde el 26 al 30 de abril en 8 establecimientos geriátricos de la ciudad de Santa Fe, se aplicaron 415 dosis entre residentes y personal de salud.
Por otra parte, entre el miércoles 28, jueves 29 y viernes 30 de abril se visitaron los 98 geriátricos en el centro y norte de la ciudad de Rosario donde se aplicaron 3.979 dosis al personal y usuarios de las instituciones.
Cabe recordar que las dosis aplicadas al personal de salud y menores de 65 años corresponden al lote de VIRAFLU mientras que las utilizadas en adultos mayores de 65 años son vacunas FLUXVIR.
RECOMENDACIÓN DE GRUPOS DE RIESGO
La recomendación hacia los grupos de riesgo es que todos los años se vacunen contra la gripe para protegerse de sus posibles complicaciones.
>> Personal de salud de efectores públicos y privados
>> Embarazadas y puérperas, los diez días posteriores al parto, si no fueron vacunadas durante el embarazo.
>> Niños de 6 a 24 meses, que requieren dos dosis separadas por un mes.
>> Mayores de 65 años.
>> Personas que se encuentran dentro de los grupos de riesgo: niños mayores de 2 años, adolescentes y adultos menores de 64 años que presenten algún factor de riesgo como problemas genéticos, musculares o del desarrollo graves; severos trastornos respiratorios; problemas cardíacos; diabetes o insuficiencia renal crónica; alteraciones en las defensas por VIH o medicación; enfermedades oncohematológica y tumorales; trasplantados; obesidad importante; retraso madurativo grave y síndromes genéticos; enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves; y convivientes de enfermos oncohematológicos y de prematuros extremos para evitar contagiarlos.
SOBRE LA GRIPE
En personas sanas produce cuadros que pueden ser leves o moderados y, en general, se resuelven en una semana. No hacen falta realizar estudios de laboratorio, solamente por los síntomas el médico indicará el tratamiento adecuado. En algunos casos puede complicarse, siendo la neumonía el cuadro más frecuente.
¿Cómo saber si es realmente una gripe? Los síntomas de todas las gripes son similares:
>> Fiebre o sentirse afiebrado o con escalofríos.
>> Tos y/o dolor de garganta.
>> Dolores de cabeza y/o de cuerpo.
>> Cansancio.
>> Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños.
NEUMOCOCO
Las infecciones por el neumococo ocurren durante todo el año, con mayor frecuencia durante los meses de invierno. Se trata del agente que más frecuentemente complica las infecciones virales como gripe, ocasionando neumonías, meningitis, infección en la sangre e inflamación del oído.
Dependiendo del lugar en el que se declaren los síntomas, la enfermedad neumocócica puede adquirir una u otra denominación, pero en todos los casos se esconde una bacteria llamada streptococcus pneumoniae (neumococo).
La neumonía neumocócica (infección del pulmón) es la forma grave más común de la enfermedad y se caracteriza por la presencia de fiebre y escalofríos, tos, respiración rápida o dificultad para respirar y dolor en el pecho.
A pesar de que todos podemos contraer la enfermedad neumocócica, es más común en niños menores de dos años y en personas mayores de 65. También, en aquellos con ciertas condiciones de salud de alto riesgo similares a las que predisponen a la gripe, como enfermedades renales, cardíacas o pulmonares crónicas, personas diabéticas, con sistemas inmunológicos debilitados, fumadoras y en quienes no poseen bazo.