El ministro de Obras Públicas, Julio Schneider, indicó que “el convenio va a permitir resolver los problemas más urgentes del edificio, donde en una primera etapa se va a tratar la mampostería y luego las cubiertas”.
“Estamos dando respuesta a un planteo que nos había hecho la comunidad de la Basílica del Carmen, pero también contribuyendo a que edificios tan emblemáticos puedan ser preservados”, subrayó el ministro.
El párroco Sarsotti dijo que “la idea es comenzar la restauración, con lo más urgente, hay peligro de caída de mampostería” y remarcó que los trabajos “van a comenzar por el frente, se va a sellar todo lo que sea de entrada de agua”.
También explicó que se realizará una cubierta en el techo “para proteger las pinturas del templo que con el paso del tiempo has sufrido filtraciones pese a las continuas reparaciones que se hicieron a nivel casero”.
Por último, el sacerdote señaló que “el gobernador está siempre al tanto de de las obras de arte, este es un edificio decretado Monumento Histórico en la provincia y patrimonio municipal. Lifschitz ha querido asumir este compromiso para evitar riesgos para las personas que transitan por el lugar y para las personas que concurren al templo”.
Fue durante un acto en el Salón Protocolar de la Casa de Gobierno de Santa Fe, del que también participó el subsecretario de Gobierno, Ezequiel Costamagna.
SOBRE LA BASÍLICA
La Basílica, que posee una belleza arquitectónica con inmenso valor histórico y patrimonial para todos los santafesinos, hoy presenta varias afecciones como consecuencia de las acciones del clima y del paso del tiempo, representando un peligro para la integridad de las personas que frecuentan dicha institución. Cabe indicar que el proyecto del templo data del año 1865, y su construcción fue concluida en el año 1893, con materiales tradicionales para la época.
Los fondos, que se entregaran en dos etapas, serán destinados a realizar trabajos de emergencia e impermeabilización, a cargo de la Basílica, necesarios e indispensables para la reparación de los deterioros estructurales y la conservación del edificio, los que se ejecutarán de acuerdo a las reglas del arte y teniendo presente el valor histórico y arquitectónico en función de la normativa aplicable.
