Este martes, en Rosario, finalizó el curso de “Capacitación de formadores: Prevención del consumo problemático de drogas con impacto en el mundo del trabajo” organizado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia en articulación con la cartera laboral nacional. Del curso participaron más de 50 delegados gremiales.
Estuvo a cargo de las licenciadas María Lilia Giuggiolini y Natalia Suarez y la doctora María Belén Martínez, de la Dirección de Prevención del Impacto de Drogas en el ámbito Laboral (DIDAL) de la cartera de trabajo nacional.
Durante dos jornadas, los participantes debatieron en torno a los distintos ejes de esta problemática y las diversas miradas (sociológica, jurídica, comunicacional) que hacen al abordaje de la misma: cómo instalar el tema, cómo elaborar un programa preventivo, cómo actuar y dónde acudir cuando se presentan situaciones de este tipo.
LOS COMITÉS COMO HERRAMIENTA
La iniciativa se enmarca en la decisión del gobierno de la provincia, a través de la cartera laboral, de abordar la problemática del impacto del consumo problemático de sustancias por ser un tema central en relación al mundo laboral contemporáneo.
En tal sentido, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia inicia un camino que demanda acciones en modo tripartito y, particularmente, en el marco de los Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el Trabajo (Ley Nº 12.913), una herramienta valiosa desde donde abordar y tratar estas situaciones complejas.
EL CONSUMO COMO RIESGO LABORAL
Estudios a nivel mundial muestran una estrecha relación entre consumo de alcohol y drogas con la accidentabilidad laboral, el ausentismo y el bajo rendimiento. Ese consumo, que impacta sobre el trabajo, puede deberse a causas relacionadas con el ambiente y las condiciones de trabajo, o puede originarse en una decisión personal que si bien se realiza fuera de ese entorno, provoca consecuencias sobre él.
Aumenta el ausentismo, los accidentes laborales (en el consumidor mismo o en terceros), la morbilidad y, como consecuencia, los gastos de la cobertura de salud. Por otro lado, disminuye el rendimiento laboral (merma de productividad) y provoca mal ambiente de trabajo por la ocurrencia de peleas, sobrecarga de tareas entre compañeros, pérdidas de jornales y jubilaciones anticipadas.
El trabajador ve reducida su salud, sus ingresos y resiente la calidad de vida propia y familiar. En tanto el empleador suma a la pérdida de productividad, un elevado costo en licencias por razones de salud sin conseguir un óptimo ambiente laboral.