La obra del Gasoducto Metropolitano se extenderá por 42 kilómetros, desde la conexión al GNEA (Gasoducto del Noreste Argentino) ubicada en el límite este del departamento Las Colonias hasta Arroyo Leyes en el departamento La Capital. Una ventaja que surge de las ubicaciones determinadas en la traza es el tipo de suelo, dado que puede llevarse a cabo a mayor velocidad en caminos no asfaltados, asimismo evitar interrupciones de tránsito en arterias principales o rutas.
El gasoducto interseca rutas viales y férreas, lo que se sorteará mediante tuneleos mecánicos o perforaciones horizontales dirigidas (PHD), que permiten el paso del gasoducto sin interrumpir el tránsito del área, respetando la cotidianidad de los habitantes y la circulación de transeúntes circunstanciales. Lo mismo ocurre con los cuerpos de agua, como el río Salado y la laguna Setúbal, pudiendo pasar bajo ellas con la misma técnica de PHD, pensada para respetar el hábitat y el ambiente de la región cumpliendo cada normativa con creces.
Características generales y normativas
Existe un marco normativo que comienza a cobrar valor en la génesis del proyecto, el ENARGAS, (Ente Nacional Regulador del Gas) que establece y obliga a cumplir las normas “NAG” para cada etapa del desarrollo de una obra de transporte de gas natural, estas incluyen los materiales, la seguridad, la señalética, las ERP, normas ambientales, normativas de hábitat y características de construcción entre otras. El Gasoducto Metropolitano cumple sobradamente los requisitos más estrictos listados en cada una de estas.
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A lo largo del gasoducto hay diferentes tipos de suelo y cruces, por lo que una obra de esta magnitud en su etapa de diseño cuenta con rigurosos estudios para determinar la traza y sus características:
- Estudio ambiental previo.
- Estudios de suelo.
- Estudios hídricos.
- Estudios de erosión en el Río Salado y la Laguna Setúbal.
- Estudio de cruces viales.
- Estudio de cruces ferroviarios.
- Relevamiento planialtimétrico (morfología).
- Por decisión de la empresa: estudios, relevamientos arqueológicos y estudios socioeconómicos.
Al momento de ejecución de la obra, la empresa contratista debe complementar los ya realizados con otros de carácter definitivo.
Estos estudios no solo van a determinar las características medulares del trazado, sino que van a formar parte de bibliotecas de nuevos conocimientos que serán utilizadas en el futuro con fines educativos y de público acceso.
Construcción del gasoducto en caminos rurales, de arena o mejorado.
La particularidad del Gasoducto Metropolitano es que su traza se desarrolla en casi su totalidad por caminos de tierra, ripio o arena, lo que mejora los tiempos de construcción, no dificulta la circulación de vías primarias y no intersecta otros tendidos de servicios subterráneos.
El método de zanjeo que se lleva a cabo en estos casos, sumando las características de la traza, hacen que el desarrollo de la obra pueda llevarse a cabo en tiempos relativamente cortos. Estos tiempos incluyen la unión de los caños, el control visual y radiográfico de cada soldadura y la colocación del gasoducto sobre el lecho.
Los caminos intervenidos con el trazado son mejorados luego de su paso, dado que se compacta la tierra sobre este, haciendo una nivelación de los mismos y mejorando su circulación posterior.
El tiempo de ejecución total de la obra se estima en 12 meses en sus 42 kilómetros, favorecido en gran medida por los recorridos y características de suelo existentes.
Beneficiarios
Este gasoducto beneficiará a unos 100.000 usuarios, que representan más de 250.000 habitantes en las localidades de Santa Fe, Esperanza, Recreo, Monte Vera, San José del Rincón, Arroyo Aguiar, Arroyo Leyes y Ángel Gallardo; 7000 industrias y comercios y 1.600 instituciones que hoy no tienen la oportunidad de contar con gas natural por red. Una obra de esta magnitud no solo brinda servicio a personas que no lo tenían, sino que también favorece la generación de nuevas industrias con el consiguiente incremento de la demanda laboral. Esta misma, será incrementada por la necesidad de gasistas y obreros que deban realizar instalaciones de gas en cada uno de los beneficiados.
Estaciones reguladoras de presión o ERPs
Una estación reguladora de presión es en términos simples una instalación de superficie que permite que el gas que ingresa a alta presión desde el gasoducto, pueda ser dispensado en media presión, por medio de la red de distribución, de manera segura y a niveles estandarizados de trabajo.
Cada una de las 4 ERPs a construir se encuentran diseñadas bajo estrictos protocolos detallados en una serie de normativas que determinan su caudal, presión, impacto ambiental y de hábitat. Algunas de las que se encuentran operativas hoy en día a lo largo del mundo se encuentran en plazas, parques o zonas verdes de los cascos citadinos, siendo imprevisibles por su trabajo pasivo.
En cuanto a su seguridad de operación, existen al menos 4 válvulas de presión y una de venteo, este conjunto de medidas está proyectado y establecido por leyes para evitar todo tipo de inconvenientes en la red, el gasoducto, el hábitat y el ambiente.
Las comunicaciones y las ubicaciones permiten no solo el acceso a las mismas para su mantenimiento y control regular, sino que pueden ser monitoreadas de manera remota desde las oficinas de la empresa.
Robot de monitoreo y limpieza (Scraper):
El Gasoducto Metropolitano está pensado para ser controlado de manera regular desde su interior con la presencia de un dispositivo robótico denominado: “scraper”. Este puede recorrer el gasoducto desde el interior de sus caños y verificar los distintos tramos en su estructura al mismo tiempo que remueve cualquier residuo que podría depositarse en el mismo, posibilitando que el caudal sea siempre el diseñado. Este tipo de controles no serían posibles con otro diseño de gasoducto, y para ellos se debería revisar de manera exterior cada tramo, lo que involucraría un perjuicio ambiental, económico y logístico.
Este mismo se introduce al gasoducto por una puerta diseñada para este fin y que se ubica en la estación reguladora de presión.