Mujer y Género
Como dijimos antes, el desarrollo sustentable tiende a la satisfacción de las necesidades de la población, como forma de elevar su calidad de vida, a través del manejo integral y sustentable de los recursos naturales, y ecosistema, sin pérdida de biodiversidad.
En tal sentido, es necesario enfatizar el papel de la mujer en la lucha por conseguir relaciones equitativas de poder en la toma de decisiones y manejo de los recursos. La mujer como luchadora y participe en distintos ámbitos de la sociedad es imprescindible en la formación ambiental.
La participación social y su nexo con el ambiente y desarrollo, en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos, no puede lograrse si no se refuerza la búsqueda del equilibrio y la equidad en las relaciones sociales. Equilibrio que se traduce en la relación armónica entre mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, hacia el logro de una interrelación justa como elemento indispensable para el desarrollo.
Dada la multiplicidad de sus responsabilidades en la sociedad contemporánea, el tipo de formación ambiental dependerá del ámbito de su acción concreta: como autoridades de gobierno, intendentas o parlamentarias, empresarias o docentes, dirigentes comunitarias o madres de familia, trabajadoras del hogar o vendedoras ambulantes, estudiantes, artistas o científicas. Los beneficios que recibe la comunidad y la familia pueden ser muy importantes. Pero, a la vez, las mujeres se benefician ampliando su formación y profundizando sus opciones para incorporarse a la toma de decisiones a nivel de la localidad o en el ámbito de su trabajo profesional.