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Valores Sociales y Culturales

El área es asiento de una importante actividad pesquera artesanal. En el Puerto Reconquista viven un total de 624 personas agrupadas en 131 familias. Aproximadamente 150 personas, agrupadas en una Comisión de Pescadores, se dedican a la pesca utilizando embarcaciones a remo o con motores internos de baja potencia (4 a 12 HP).A causa de la regulación pesquera existente en el Departamento, Ley 10.967, que prohibe la pesca comercial en el valle aluvial, deben trasladarse hasta sitios de pesca ubicados en el cauce principal del rí­o Paraná lo que les insume varias horas de navegación, a veces más de 48.

Del total de la población activa, más del 50% depende exclusivamente de la pesca como única actividad laboral. Actualmente funciona en el Puerto Reconquista un Puerto de Fiscalización de Productos de la Pesca Comercial por el que pasaron para su fiscalización en 1999 217.700 kg de pescado. Las especies blanco de esta pesquerí­a son el surubí­ (Pseudoplatystoma coruscans) y el rollizo (P. fasciatum); mientras que las principales acompañantes son el patí­ (Luciopimelodus pati) y el dorado (Salminus maxillosus). Además de Reconquista, son localidades pesqueras importantes: Avellaneda, Florencia, El Rabón, Tacuarendí­.

La vida en el valle fluvial del Paraná en general, y en particular en esta zona, ha sido importante desde tiempos remotos. Es un área de importancia paleontológica con numerosos hallazgos de una variada y extinguida fauna de mamí­feros cuaternarios como mastodontes, gliptodontes, smilodontes, macrauquenias, toxodontes, megaterios, milodontes, y ciervos gigantes (Paracero, Epiucero), con varios sitios en los arroyos EL Rey y los Amores (Ruggeroni e INCUPO com. pers.).

Previo a la llegada de los españoles vivieron los abipones aborí­genes de la rama de los Guaycurúes; dejaron sus restos material para realizar investigaciones arqueológicas (Ruggeroni e INCUPO, com. pers.). Al presente muy pocos fueron excavados por falta de presupuesto. Tumbas, hornos, vasos, flechas etc. se encontraron en los lugares más investigados como el arroyo El Aguilar (El Cerrito) frente al Puerto de Reconquista, Rincón de Soto frente a Santa Lucia (Corrientes), Isla del Indio en el Paraná Miní­ (Las Garzas), el arroyo Malabrigo, el Palmar de Berna. Con la llegada de los españoles, el rí­o se transformó en la gran ví­a de comunicación hasta la construcción de rutas. En las islas y terrazas, la vida era muy intensa (crí­a y cultivos, caza, recolección, intercambios y comercialización en barcos, fiestas aún recordadas). También existieron en Reconquista reducciones jesuí­ticas, cuyas ruinas se encuentran bajo la ciudad.

De esta época quedan dos pobladores tí­picos del lugar, el Isleño y el Costero. El primero vive en permanencia en las Islas; en general es puestero y se autoabastece con todo los recursos del lugar, llegando a la costa de vez en cuando para hacer algo de provista o cuando se producen las grandes inundaciones. El segundo puede ser pescador o ganadero viviendo al ritmo de los pulsos del rí­o ya que tiene los animales en las islas bajas muy fácilmente inundables; por lo tanto es un verdadero trashumante arreando los animales de un lado al otro cuando van y vienen las inundaciones. Actualmente se pueden encontrar en el lugar guí­as de turismo (vaqueanos, conocedores de los distintos lugares del hábitat isleño y de los medios de movilidad para acceder a ellos) y los puesteros, cuidadores de casas de fin de semana.

En los últimos años la Fiesta del Surubí­ en el Puerto de Reconquista se ha convertido en el evento turí­stico más importante de la región, que atrae en cada nueva edición, a un mayor número de turistas.