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Campaña Justo lo que necesito

Entre las distintas formas de organización que va adquiriendo la Economía Social encontramos al Comercio Justo. Este se caracteriza no solo por tener criterios económicos sino también cuenta con valores éticos que abarcan aspectos sociales como medioambientales:

  • Garantiza a los productores un salario y unas condiciones laborables dignas y justas.
  • Asegura que los niños y niñas no sean explotados.
  • Democratiza las prácticas socio-económicas, se compromete con la no discriminación y equidad de género.
  • Las relaciones comerciales se basan en el diálogo, la transparencia y el respeto mutuo.
  • La producción se realiza garantizando la protección del medio ambiente.

En este marco el ciudadano, como último eslabón de la cadena del Comercio Justo, puede promover esta forma desde la práctica de un Consumo Responsable adquiriendo productos de la Economía Social.

Los consumidores pueden tener a su disposición productos o servicios que garantizan el respeto de los derechos de las personas y el medio ambiente, recuperando el vínculo entre productor y consumidor.

Demostrando que es posible articular los criterios económicos con los sociales y ambientales.

El Consumidor Responsable es un consumidor sensibilizado, informado y consciente, es decir, preocupado por las repercusiones económicas, sociales y medioambientales de lo que consume.

A la hora de elegir un producto o servicio es importante preguntarse: ¿Quién y cómo lo realizaron?, ¿En qué condiciones humanas y laborales se manufacturaron?, ¿Cómo afectan al medioambiente los sistemas de producción donde lo elaboraron?, ¿Las materias primas que se usaron son renovables?, ¿Hubo una relación directa con el productor?, ¿Cuántos intermediarios hubo hasta que llegó a mis manos?, ¿Cuánto lo voy a usar?, ¿Cuánto me va a durar?, ¿Necesito lo que voy a comprar?

Consumir es necesario, pero con una actitud crítica y reflexiva que propicie un consumo ecológico, justo y solidario.